Los castigos son un medio para conseguir educar a los niños. Pero no todo vale a la hora de castigar. Te decimos qué debes evitar si no quieres que el castigo sea contraproducente.
- No le niegues la comida: La comida está relacionada con el instinto de supervivencia y su falta crea en el niño ansiedad y hostilidad. Si quieres tomar tomar una medida que esté relacionada con su actitud en la mesa, puedes decidir que coma solo, o quitarle algo superfluo, como el postre.
- No le niegues el cariño: Transmitir al niño el mensaje: "Si te portas así, ya no te querré" o, de manera más sutil, seguir regañándolo induce una inseguridad que persiste a largo plazo y que ingresa a fondo en la psique del niño.
- No chantajes afectivos: Hay que evitar todas las fórmulas que inducen sentimientos de culpa, del tipo: "Así haces sufrir a mamá" o "Si me quisieras..."
- El niño no tiene que sentirse inadecuado o malo: Es importante que, aunque lo regañes, no le rechaces sólo su comportamiento, porque ofende y genera una reacción negativa. Por lo tanto, intentad evitar que el niño responda con una reacción defensiva, que anularía todos los esfuerzos para convencerle.
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