El sistema renal de bebé durante su primer año de vida es aún inmaduro para procesar grandes cantidades de sodio, así que la recomendación para cuando se empieza a introducir la alimentación complementaria, a partir de los seis meses, es no agregar nada de sal, de ninguna presentación en la comida del bebé.
El sodio es un mineral necesario para el organismo, pero en grandes cantidades puede afectar seriamente la salud de las arterias, aumentando así el riesgo de sufrir de enfermedades como hipertensión arterial o aumento del colesterol.
Tal vez pensemos que a los niños no les afecta tanto el consumo de sal como a los adultos, pero si los acostumbramos desde pequeños a las comidas saladas irán desarrollando cada vez una mayor apetencia de sal.
En cambio, si su paladar se acostumbra a alimentos naturales, esto repercutirá en una mejor calidad de vida en la edad adulta.
Para evitar esos riesgos:
- Nunca añadas sal a las comidas de tu pequeño.
- Los niños de entre 1 y 3 años de edad no deberían ingerir más de 2 g de sal (0,8 g de sodio) al día. A los bebés de menos de 1 año no se les debe dar ningún tipo de alimento que contenga sal en su composición.
- Evitar darle alimentos salados como snacks o salsa a la vez.
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