Al nacer, la piel de los bebés tiende a estar muy roja debido al esfuerzo realizado en el parto, pero gradualmente la piel del bebé va adquiriendo su tono definitivo.
Muchos bebés nacen con el lanugo, un vello fino de color oscuro que cubre su cuerpo, especialmente los hombros y la espalda, que es más común en bebés prematuros. Este vello ha estado protegiendo su piel dentro del útero, y se va cayendo poco a poco.
En general, la piel de los bebés es más sonrosada que la de los adultos, ya que su sangre contiene más cantidad de glóbulos rojos. Además, su tono es más claro, ya que su piel apenas contiene melanina al no haber estado en contacto con el sol (por eso hay que proteger en extremo su piel).
¿De qué tono será su piel?
Al igual que el color de pelo o de los ojos, el tono de la piel es hereditario, por lo que se parecerá al de la madre o el padre. En cuanto a tonos, no existe dominancia, con lo que lo más probable es que sea una mezcla de ambos. Sin embargo, si se habla de razas distintas, la negra es dominante, por lo que entre un padre negro y una madre blanca, el hijo será más bien negro, aunque su tono puede ser más claro que el del padre.
Obviamente, el tono de piel posterior dependerá de la exposición diaria al sol, de la dieta, etc.
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