La emoción es una reacción que tenemos ante algo que pasa en nuestro entorno o algo que pasa en nosotros mismos y está muy relacionado con la inteligencia emocional, que es la capacidad y habilidad de reconocer y manejar nuestras propias emociones, esta, se aprende a lo largo del desarrollo, es un proceso que se va haciendo poco a poco en todo nuestro entorno desde el colegio o desde casa.
La inteligencia emocional es importante, ya que, estudios demuestran que las personas con más inteligencia emocional son más felices, tienen mejor bienestar, también tienen menos ansiedad y más recursos para afrontar situaciones difíciles en la vida.
Para todo ello la familia jugará un papel clave, puesto que, la familia es el lugar donde los niños experimentan los primeros vínculos afectivos, las primeras emociones y por ello es tan importante que los padres sean un buen modelo porque los niños van a replicar mucho de lo que ven en ellos.
El primer paso sería que los padres aprenden a gestionar sus propias emociones, también es importante, dejar a veces lo que estamos haciendo para pasar un rato hablando con los niños en una comunicación una escucha activa (con los cinco sentidos), esto será importante para que ellos aprendan a gestionar y desarrollar su conciencia emocional
No olvidemos que son niños y por ende la educación debería hacerse a través del juego y de forma divertida, por ejemplo, podemos dedicar un rato a pintar con ellos sobre cómo se sienten o pintar caras de distintas emociones, leer cuentos con imágenes de distintos personajes que pueden dar pie a que se hablen de cómo se sienten y por qué se sienten así.
En definitiva, se trataría de ir acompañándolos y ayudándoles en su desarrollo emocional paso a paso.
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