El embarazo es una de las etapas que más cambios producen en las mujeres, tanto emocionales como físicos. Entre estos últimos, hablaremos de los pies. Y es que, las futuras mamás se suelen preocupar por los cambios que pueden sufrir sus pies en el embarazo.
Durante los últimos meses del embarazo (sobre todo durante el último trimestre) es común que las mujeres sufran retención de líquidos y, como consecuencia, sus pies se inflaman, volviéndose más voluminosos y anchos. Esto puede llegar a ser muy molesto y doloroso en algunos casos, hasta el punto de limitar la actividad física normal o el uso de ciertos calzados.
La hinchazón de pies en el embarazo es bastante frecuente, y suele desaparecer de forma casi inmediata al poco tiempo de dar a luz. Poco a poco, el útero vuelve a su tamaño y deja de presionar los vasos sanguíneos; mientras, las hormonas también recuperan sus niveles normales. Todo vuelve a su normalidad.
Pero no siempre. Hay mujeres que notan que sus pies no recuperan nunca su estado original. Ya que, no se trata de una simple hinchazón como consecuencia de la retención de líquidos. Se trata de un crecimiento real del pie, que puede llegar a ser de entre 2 y 10 mm, lo que equivaldría a media o a una talla más, siendo mucho más incidente en el primer embarazo.
¿Por qué crecen los pies en el embarazo?
Las causas de este crecimiento de los pies en el embarazo están relacionadas con dos alteraciones fundamentales que sufre el cuerpo de la mujer durante la gestación: en primer lugar, el aumento de peso y, en segundo, el incremento de algunas hormonas. En concreto, la llamada hormona relaxina, es la principal culpable de este cambio. Se trata de una hormona secretada por la placenta que actúa sobre las articulaciones y las hace más flexibles para facilitar el paso del bebé en el parto. La hormona de la relaxina afecta también a los ligamentos del pie y provoca una reducción del arco plantar y, en consecuencia, una expansión del mismo.
Durante la gestación, los niveles de concentración de esta hormona aumentan; de ahí, que los pies en el embarazo crezcan en muchos casos.
Pero no olvidemos el primer factor: el aumento de peso. Cuando una mujer gana peso durante el embarazo, esto recae sobre las extremidades inferiores, y favorece a que el arco del pie se extienda todavía más.
Cuidados que debes tener en cuenta
- Mantener una buena higiene diaria de los pies; y secarlos bien, sobre todo entre los dedos.
- Exfoliar periódicamente su piel.
- Hidratar los pies con cremas específicas, insistiendo en los talones.
- Darse baños de contrastes de agua fría y caliente.
- Pasear por la arena de la playa para activar la circulación y beneficiarte de las sales del agua.
- Evitar un calzado inadecuado que pueda provocar rozaduras, o que presione mucho los dedos de los pies.
- Evitar el sedentarismo; el ejercicio físico es muy beneficioso durante el embarazo.
- Evitar estar de pie durante mucho tiempo, ni tampoco sentada.
- Evitar las exposiciones prolongadas al sol o a fuentes de calor directas.
- Al terminar el día, es bueno darte un masaje y poner los pies en alto.
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