Llamamos antojos a las ganas compulsivas a irrefrenables de consumir un alimento en particular en un momento dado, no solo en el embarazo. Cuando aparecen, siempre suelen ser recurrentes los mismos alimentos en una misma persona, por eso, una puede querer patatas fritas y otras, naranjas. Aunque la principal hipótesis siempre ha sido que las hormonas crean la preferencia por un nutriente concreto del que podría haber carencias, esta teoría se nos desarma. En muchas ocasiones los antojos se dirigen hacia alimentos totalmente superfluos, que son los que no aportan nada nutricionalmente, como golosinas, pizza, chocolate, entre otros.
¿A qué se deben los antojos?
Hay muchas ideas erróneas, como que hay que comer por dos, que el peso que se gane en el embarazo solo será cuestión estética y ya se perderá después, que si el cuerpo pide un alimento es porque la naturaleza es sabia y es lo que necesita… Algo que sí se ha documentado, y podría explicar la causa, es que puede cambiar el gusto hacia determinados alimentos en el embarazo. Hay cambios en los receptores de las papilas gustativas. Esto podría explicar que en el embarazo no te apetezca un alimento que solías consumir a menudo, pero sientas antojo por otro que nunca te hubiera llamado la atención. Se ha encontrado relación entre este fenómeno y un excesivo aumento de peso en la gestación. Esto puede repercutir en más riesgo de patología durante el embarazo, como la diabetes gestacional, o más complicaciones durante el parto. Se ha visto también relación entre el hábito tabáquico y los antojos, en especial cuando la embarazada deja de fumar. Realmente abandonar el tabaco y sustituir las ansias de fumar por comer es algo que sucede en cualquier etapa vital. En el embarazo se unen los típicos antojos de la gestación con una mayor motivación para abandonar el tabaco. Tipos de antojos. Es importante saber que el metabolismo del azúcar cambia en el embarazo. Es posible que lo que piensas que son simples antojos por lo dulce sean la respuesta de tu cuerpo ante una alteración del metabolismo de la glucosa. Alimentos superfluos como los descritos se llevan el primer premio, pero también ácidos o picantes. Son muy típicos los antojos por encurtidos como aceitunas o pepinillos. Ante cualquier duda con tus antojos, lo mejor es que consultes con tu ginecólogo.
¿Pueden ser peligrosos los antojos?
Comer demasiado de un mismo tipo de alimento puede ser perjudicial para tu salud, puesto que terminarías siguiendo una dieta muy poco equilibrada. Los plátanos pueden ser sanos, pero no si comes 1 kg al día, desplazando el consumo de otros alimentos. En esta etapa de tu vida necesitas alimentarte muy bien. Pero hay dos situaciones que merecen especial atención, puesto que son trastornos alimentarios: la pica y la bulimia.
La pica
es el consumo compulsivo de alguna sustancia no nutritiva. La población que más la sufre son las embarazadas, que suelen consumir hielo, arena o yeso que arañan de la pared. La causa puede ser un déficit nutricional. No es raro que la pica se le oculte al médico por vergüenza, pero es un trastorno que tiene solución. Así que, si es tu caso, coméntaselo para que pueda evaluar tu caso y encontrar los alimentos más adecuados para ti.
Bulimia.
La bulimia cursa con atracones de comida, que pueden ir seguidos de vómitos. Si sientes que te supone un esfuerzo controlar esos impulsos de comer, consulta con un profesional. Cuánto duran los antojos en el embarazo El inicio, duración y final de los antojos es tremendamente variable entre mujeres. Los protagonistas en el primer trimestre son las náuseas y los vómitos que, a veces, poco lugar dejan a que un alimento te apetezca mucho. En el segundo trimestre hay más mujeres que refieren sentir antojos.
Cuando hay un antojo, ¿hay que complacerlo?
La respuesta a esta pregunta es rotundamente negativa si el alimento en cuestión puede suponer un riesgo para la salud, como un tequila. Si el antojo es chocolate, almendras, helado, fresas, queso… ¿por qué negarse? Hablamos de un consumo puntual, aunque se tratara de un alimento superfluo. De manera esporádica no va a causar un daño en ti, ni a tu hijo. Si se convierte en un antojo persistente, tendrás que buscarle alternativas más saludables. ¿Quieres chocolate? Escógelo negro y sin azúcar, mucho más saludable que esa tableta de chocolate con leche rellena de galleta. Es imprescindible aclarar que renunciar a los antojos te puede provocar frustración, pero jamás afectará a tu bebé. Antiguamente se decía que, si te negabas a un antojo, al bebé le saldría una gran mancha en la piel. Por supuesto es una idea sin el menor fundamento científico. La ansiedad nunca debe ser una justificación para dar rienda suelta a los antojos, y debe tratarse adecuadamente, no con consumos compulsivos, que únicamente serán un parche y podrán perjudicar tu alimentación.
En Conclusión En la gestación cambia nuestra percepción de los sabores, aunque también es posible que el cuerpo nos pida unos alimentos o nutrientes necesarios. Tu puedes seguir disfrutando de los alimentos que te gustan y, si es necesario, consulta con un nutricionista las alternativas más saludables para no tener que renunciar a esos caprichos.
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